Medio ambiente
El ciclismo siempre fue un deporte altamente ligado a la naturaleza. Descubrir paisajes de muy difícil acceso de no ser por la bicicleta, rutas que se han quedado anticuadas y que gran parte del tránsito es por parte de ciclistas, espacios casi vírgenes debido a que no conducen a ningún lugar representativo, más que visualizar el mero paisaje o a una subida que se presenta como un reto a la hora de dar pedales.
Es por ello que la preservación del medio ambiente se convierte en algo fundamental para que esto siga siendo posible, y para ello trabajamos duramente para que tanto antes, como durante, o después del evento, todo lo que de alguna forma se vio alterado vuelva a su estado natural. La maravillosa zona que es la Costa da Morte es la principal protagonista del Gran Fondo Ézaro, y como tal merece ser tratada con el máximo respeto posible.
Dentro del Gran Fondo Ézaro, fuimos de los primeros en tomar una seria conciencia de que esto tenía que ser desde un inicio un pilar básico a nivel organizativo. Para ello, llevamos a cabo diferentes medidas que en su día fueron más novedosas, y que poco a poco se fueron extendiendo por más pruebas deportivas, como son los puntos verdes dentro de cada avituallamiento, que son unas especie de canastas de gran tamaño, donde el ciclista deposita de un modo muy sencillo los desperdicios que pueda llevar encima y que quedan recolectados dentro de unas grandes redes para facilitar todavía más su recogida.
Además, la implicación del gran número de voluntarios que trabajan de una manera muy eficiente y que son grandes responsables directos del éxito de la prueba, hacen que no quede ningún cabo suelto, y que todo lo que planeamos entre todos se pueda llevar a cabo y los objetivos se cumplan de una manera solvente, sin apenas presentar ningún tipo de problemática en cuanto a la logística.